Con el 75% de los aforos en los restaurantes pero con el 100% de nuestras ganas, continuamos con nuestros descubrimientos una semana más, visitando esta vez la calle Curia, uno de los lugares más tranquilos del Casco Antiguo —a excepción de la procesión de San Fermín el 7 de julio—, y que contrasta con su paralela calle Navarrería, un hervidero de gente de jueves a domingo. Sin embargo, y con el respeto del reciente obrador de las archiconocidas Pastas Beatriz, la taberna Miel Otxin es la alegría de esta vía.
Con el famoso bandido de los carnavales de Lantz como logo, este gastrobar ofrece tanto menús del día y de fin de semana como una carta más desenfadada con raciones, ensaladas, bocadillos o hamburguesas. El local, pequeño pero coqueto, tiene una bonita y acogedora decoración.
El servicio, muy atento y agradable, nos trajo la selección de platos que hicimos de una oferta quizá algo escasa en carta. De ella destacamos los chipirones rebozados, una jugosa hamburguesa de pollo que conjugaba a la perfección con el queso de cabra y la mayonesa de curry, además de la hamburguesa de ternera. Uno de los detalles que también nos gustó son las bravas que acompañaban a este plato, un toque gracioso a un apartado a los que las hamburgueserías no le suelen dar importancia.
Otro aspecto a considerar fue el pan, tanto el sin gluten como el normal, crujiente por fuera y suave por dentro, que envolvía perfectamente a la carne y el acompañamiento, haciendo muy fácil la forma de comer. El arroz negro, con una potente salsa de tinta que contrarrestaba perfectamente un suave alioli, también fue notable.
Lo que menos nos gustó fueron los nachos, que se quedaban cortos de salsa, aunque estaban bien coronados por una crujiente panceta que está siendo denigrada por el barato y flácido bacon ahumado. La otra parte que nos sorprendió fue el poco sabor de la hamburguesa de la casa, que en nuestro caso fue de cordero estilo cajún. Ninguna aparición de ninguno de los dos sabores.
Sin embargo, y a pesar de estas dos últimas opiniones, la visita que hicimos al bandolero Miel Otxin no fue ningún susto, más bien una alegría de carnaval, de las que hacen falta en este año que nos está tocando vivir.
Tabla de contenidos
Para nada deacuerdo con estas notas
, hay mucha más calidad en la comida de lo que habeis reflejado. Lo digo porque he ido varias veces y conozco lo que hacen.