Rockaberri: un lugar de contrastes

Con las ganas de coger la maleta para disfrutar del puente de Todos los Santos, ampliamos nuestro mapa para seguir aumentando las opciones de deleitarnos con la gastronomía de Pamplona y su Cuenca. En esta semana visitamos Rockaberri, un pequeño bar conocido por el tamaño de sus hamburguesas (de 200, 400, 980 o hasta 1980 gramos), algo por lo que incluso realizan retos en los que si terminas con la hamburguesa más grande en menos de media hora te dan 50 euros, al más puro estilo Crónicas Carnívoras.

Sin embargo, y aunque mucha gente acuda en un día especial para disfrutar de la experiencia de devorar una hamburguesa gigante, no solo cuentan con una gran variedad en carnes y tamaños, sino también de diferentes platos como bocadillos, burritos o ensaladas, por lo que es ideal para ir con amigos con gustos distintos.

Lo primero que destaca de Rockaberri es lo reducido del local. Aunque ampliado por una terraza cubierta, apenas cuenta con una decena de mesas con poco espacio entre ellas, algo entendible al contar con una cocina diminuta, por lo que el servicio se retrasa en caso de estar lleno. A pesar de no ser de gran tamaño, cuentan con un instrumento electrónico para llamar al camarero, con un botón para la comanda, otro para la cuenta… Una novedad muy útil.

En lo referente a la comida, pedimos dos tipos de patatas diferentes como entrantes, unas con bechamel y otras con tomate, muy recomendables. El tamaño de la ración es ideal para compartir, al igual que el de las ensaladas. Los bocadillos, también correctos, y especialmente destacable por su sabor fueron la tostada de cuatro quesos y el burrito de carne, también cubierto por queso rallado, y que se tenía que comer con cuchillo y tenedor porque era imposible cogerlo con las manos. En definitiva, buenos y enormes platos en un pequeño local. Un lugar de contrastes.