En los apenas dos minutos que cuesta leer esta entrada se están consumiendo casi 2.000 tazas de café en el mundo. Casi nada. Este producto no solo es uno de los más populares en la casi totalidad de los países, sino que se ha convertido en una excusa para reunirse. De hecho, las cafeterías han sido, a lo largo de la historia, uno de los lugares más utilizados para debate entre intelectuales, y han sido testigos, por ejemplo, de la creación de clubes de fútbol. En el antiguo Café Kutz de la Plaza del Castillo, en 1920, se constituyó Osasuna, uno de los ejes que más reúne a la sociedad navarra.
En los últimos años hemos podido ver cómo, a través de la publicidad, el café ha pasado de ser un producto de consumo habitual a casi un producto de lujo. Y no por su precio, sino por la forma en la que es tratado. Las cafeterías tienen cada vez más un halo de ostentación, y las tiendas de cápsulas parecen joyerías. Pero todo esto tiene algo bueno: ahora tenemos muchas más opciones, tanto de tipos de café como de formas de acompañarlo. Las iremos descubriendo.
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