En un nuevo intento de descubriros lugares desconocidos para muchos de vosotros, en esta entrada os hablamos de uno de los restaurantes que más nos ha gustado, y al que llevábamos mucho tiempo sin ir: la Herriko Taberna.
En pleno corazón del Casco Viejo, a las puertas del emblemático portal de Francia, se encuentra este restaurante que encarna los valores de la cocina de siempre, elaborada con ingredientes de proximidad y de comercios cercanos. Su misión es clara: ofrecer una evolución de la cocina navarra y vasca que garantice la satisfacción de sus comensales.
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Crónica Herriko Taberna
Con unos valores políticos y sociales muy marcados que están presentes en toda la decoración, Herriko Taberna no es un lugar que discrimina, sino que acoge y une a través de la gastronomía.
Cuentan con un menú del día de 17,50€ y un menú de fin de semana de 35€, que fue nuestra elección para una comida familiar. Este menú ofrece una amplia variedad de opciones, desde platos clásicos hasta innovadoras combinaciones que reflejan la evolución culinaria desde la comida tradicional navarra y vasca. Además, suelen cambiar de platos dependiendo de la temporada y también tienen una opción de menú vegetariano/vegano con múltiples opciones muy elaboradas.
El menú de fin de semana incluye nueve opciones para el primer plato, cada una más tentadora que la anterior. Optamos por unos originales espárragos blancos con salsa americana, huevo a baja temperatura y gamba. La combinación de sabores era muy buena, con la cremosidad del huevo y el sabor distintivo de la salsa americana, todo acompañado de un delicioso pan.
También probamos el risotto de crema de guisantes y hongos con paleta ibérica, una presentación diferente del arroz que resultó sorprendente y deliciosa. Otro plato que nos encantó fue el canelón relleno de merluza y borraja, que combinaba a la perfección la suavidad del pescado con la textura de la verdura. No podemos dejar de mencionar la ensalada de espinacas con frutos secos, panceta y queso de cabra, que ofrecía una estupenda combinación de sabores frescos y crujientes.
Para los segundos platos, la oferta de Herriko Taberna es igualmente variada, con seis opciones que incluyen tanto carnes como pescados. Nos decantamos por un fresco tataki de atún con alga wakame, que nos gustó por la frescura del atún y su buen trato, aunque la salsa que lo acompañaba quizá tenía una cantidad desmedida para la ración. También disfrutamos de unas deliciosas costillas de cordero a la brasa, y un entrecot de vaca a la brasa perfecto de punto, una elección acertada con una carne tierna y sabrosa que se deshacía en la boca y que nada tendría que envidiar a la de algún asador.
Los postres de Herriko Taberna fueron el broche de oro para una comida que no tuvo altibajos. Probamos un chocolateado brownie con helado, perfecto para los amantes del chocolate. La milhojas rellena de crema pastelera y queso era ligera y deliciosa, mientras que la torrija de brioche rellena de crema de Baileys ofrecía una textura esponjosa y un sabor muy dulce.
El sandwich crujiente de fresas con nata fue una grata sorpresa, con la frescura de las fresas complementada por la cremosidad de la nata. Finalmente, la natilla de piña con galleta casera ofrecía un toque refrescante y ligero, ideal para terminar la comida con una nota fresca y la satisfacción de ver cómo sigue habiendo restaurantes que trabajan con producto de kilómetro cero y con el objetivo de continuar protegiendo la gastronomía local a través de la evolución.
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