Restaurante Pattaya: uno de los mejores sushi de Pamplona

Tras mucho tiempo sin pisar alguno de nuestros queridos asiáticos, y con la nostalgia de estos no Sanfermines, visitamos el restaurante Pattaya, en el barrio de San Juan. Con ganas de olvidarnos por un momento de no estar en una ciudad que debería estar teñida durante estos días de blanco y rojo, buscamos ahogar las penas con uno de los mejores sushi de Pamplona y otros platos de una cocina que nos encanta.

Llegamos a un local amplio, con una decoración minimalista pero impecable, cuyo aspecto nos recordó al Imperial. Paredes forradas de listones de madera, cómodos y bonitos asientos, detalles que te hacen sentir como en algunos de los mejores locales de la ciudad. En la carta, como es habitual, una inmensa lista de platos que inundan la vista, haciendo un rápido viaje por el increíble continente asiático. Comida japonesa, tailandesa… más de un centenar de platos, todos ellos con una pinta muy apetecible.

En nuestro caso hicimos una amplia selección de platos para poder probar distintos tipos de cocinado y productos. Por nuestra mesa el simpático y profesional servicio desfiló unos rollitos tailandeses, otros de pasta fresca nem, unas gyozas a la plancha, pollo teppanyaki con teriyaki, fideos estilo Singapur, sushi moriawase mediano (26 piezas), sashimi variado (12 cortes), arroz thai picante, daifuku de cheesecake y fresa y mochis de té verde y chocolate. Todo un festín.

Sin duda, lo más destacado de esta decena de opciones fue tanto el sushi moriawase (6 piezas de nigiri surtido, 4 uramaki de salmón, 4 california y 12 recortes de sashimi surtido) y el sashimi variado (3 cortes de salmón, 3 cortes de atún, 3 cortes de pez mantequilla y 3 cortes de dorada), configurados con un pescado fresco y de calidad que se deshacía en la boca. Un capricho para los amantes de los productos del mar.

En cuanto a los demás, tanto los diferentes rollitos como las gyozas fueron unos espectaculares entrantes, llenos de sabor asiático. Al igual que la reducida y potente salsa teriyaki del pollo, que deseabas que no se acabara nunca. Regulares, sin llegar a un suspenso, fueron el arroz thai picante y los fideos estilo Singapur, muy rebajados de sabor en comparación con las otros platos.

El final dulce y delicado lo pusieron el daifuku y los mochis. El primero, un bocado delicioso de tarta de queso helada. Por su parte, el mochi de chocolate es una ‘bomba’ para los más dulces, parecido al sabor de un coulant, mientras que el sabor del de té verde es muy sutil, pero no por ello peor que el de sus compañeros. No hay mejor reflejo que este epílogo para demostrar que el restaurante Pattaya no es solo uno de los mejores sushi de Pamplona. También es un bonito recorrido más por la cocina de este increíble continente.