Como siempre decimos, todos nosotros tenemos un restaurante de referencia al que sabemos que siempre vamos a volver. Ya sea por su oferta, su calidad, su servicio, o simplemente porque nos gusta y lo tenemos al lado de casa. Es el caso de Irulegui e Ibamendi, dos restaurantes (con la misma oferta, ya que son de los mismos dueños) a los que siempre regresamos cuando queremos comer comida casera en cantidad y, sobre todo, con una gran relación calidad/precio.
Estos establecimiento destacan además por su gran variedad. Tanto en la comida como en la cena ofrecen distintos menús (del día y de fin de semana) con diferentes opciones en una carta en la que conviven también hamburguesas, platos combinados o ensaladas. En lo referente al servicio, sobresale la cercanía con la que tratan, además de por su rapidez al sacar los platos.
Tienen una organizada y diligente forma de trabajar, por lo que va un aviso: no lleguéis muy tarde a la reserva. Ocurrió en una comida familiar con más de una treintena de comensales, y tardaron en ofrecer la bebida y los entrantes para atender a las otras mesas. Sin embargo, en cuanto se centraron en la nuestra todo fue rodado.
Como se puede apreciar en la fotogalería, el tamaño de las raciones es considerable. En la inmensa mayoría de lugares poner ocho costillas de cordero en un plato es una exageración. Pero no aquí. Las ensaladas, muy variadas, tienen dos tamaños, e incluso la pequeña es demasiado grande para una sola persona.
Mención aparte merecen también las lechezuelas, algo que no ofrecen en cualquier otro sitio y que aquí eran exquisitas, como las verduras en tempura que acompañaban a la sepia a la plancha. Punto positivo. También merece subrayar el respeto al punto de la carne que tienen, algo que no siempre es fácil y es muy molesto si no se hace a gusto del consumidor. Para terminar, algo dulce: una tarta de manzana exquisita, resumen de lo que es Irulegui. Comida casera, abundante y de calidad.
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